
Mira lo que te pasa a ti y a tu bebé en el tercer mes de embarazo.
La carita de tu bebé está cada vez más definida: los huesos van tomando su forma definitiva, los labios y las cejas se definen y los ojos ya están cubiertos por párpados. Todo esto lo podrás descubrir en la ecografía del tercer mes: ¡es un momento mágico!
El corazón de tu bebé va encontrando un ritmo regular. Late a una frecuencia de 110 a 160 latidos por minuto, mucho más rápido que tu corazón. Incluso puede acelerarse en caso de estrés: ¡debes permanecer relajada!
Las células nerviosas siguen multiplicándose a un ritmo exponencial, lo que puede dar lugar a movimientos reflejos que aún no percibes. Ahora puede girar la cabeza y mover los brazos y las piernas, como resultado, ¡le sobra energía!
A partir de las nueve semanas, sus papilas gustativas aparecen en la lengua. Su boca se abre y se cierra y empieza a tragar líquido amniótico, que será eliminado por tus riñones en forma de orina.
Hábitos alimentarios en el tercer mes de embarazo
El crecimiento de tu bebé se acelera: por eso necesitas aportarle proteínas. Una alimentación variada y equilibrada te aportará naturalmente las proteínas que necesitas. Si eres vegetariana o comes carne raramente, recuerda que tienes otras fuentes de proteínas: legumbres asociadas a cereales (como el arroz y frijoles), pero también pescado, huevos y productos lácteos.
Otro nutriente indispensable es el calcio. Para no agotar las reservas de calcio, se recomienda beber leche y consumir productos lácteos (yogur y sobre todo, quesos curados) todos los días: tres raciones de leche y productos lácteos. El calcio también está presente en algunas frutas y verduras (espinacas, brócoli, berros, etc.), legumbres (alubias, etc.) y almendras, en menor medida. No dejes de consultarlo con tu médico para asegurarte de que ingieres el calcio necesario.
Cambios en la dieta durante el tercer mes de embarazo
Las aversiones alimentarias y la repulsión a ciertos alimentos son frecuentes durante el primer trimestre del embarazo. La causa son las hormonas, cuyas enormes fluctuaciones provocan hipersensibilidad en tu sentido del olfato y del gusto. Así que no debes sorprenderte si la idea de comer pescado te produce náuseas. Por eso, te recomendamos que elijas otros alimentos ricos en proteínas: pechuga de pollo, huevos, etc. También puedes cocinar el pescado de otra forma para «enmascarar» su sabor: en sopa o mezclado con puré de zanahoria. Y no lo olvides: ¡esta aversión y repulsión es sólo temporal!
Al final del tercer mes, las pequeñas molestias que te han incomodado desde el principio del embarazo empezarán a desaparecer y te sentirás en plena forma. Aprovecha para respirar aire fresco, salir de casa y dar un paseo, aunque el cielo no sea azul, ni brille el sol.