
La placenta: qué es, cuáles son sus funciones y posibles cambios durante el embarazo
Entiende cómo se forma la placenta, cuáles son sus funciones en el embarazo y conoce las posibles complicaciones. ¡Más información!
Introducción
La placenta desempeña un papel fundamental durante el embarazo, pero su complejidad e importancia a menudo no se comprenden del todo.
En este artículo, te explicaremos qué es la placenta, cómo se forma y sus funciones cruciales para el desarrollo del bebé. Además, veremos los cambios más comunes que pueden presentarse, haciendo hincapié en la importancia del seguimiento médico.
¡Buena lectura!
¿Qué es la placenta?
La placenta es un órgano temporal unido al útero que se forma gradualmente durante los tres primeros meses de embarazo.
Este órgano permite los intercambios metabólicos entre la madre y el feto, suministrando nutrientes y oxígeno a través del cordón umbilical, realizando los intercambios gaseosos y eliminando los desechos del feto, lo que garantiza un desarrollo saludable y la supervivencia del bebé.
Tras el nacimiento, la placenta es expulsada, ya que se trata de un órgano temporal, alojado en el cuerpo femenino mientras dura el embarazo. Con cada embarazo se forma una placenta.
¿Cómo se forma la placenta?
La placenta se forma al principio del embarazo, poco después de que el embrión se implanta en la pared uterina. Durante la implantación del óvulo, las células externas forman las vellosidades coriónicas que conectan los vasos sanguíneos de la placenta a la pared uterina para los intercambios entre la madre y el feto.
La madre aporta nutrientes y anticuerpos, mientras que el feto elimina sus desechos en el sistema circulatorio de la madre. Este proceso tiene lugar sin contacto sanguíneo directo.
Al final del primer trimestre, la placenta se forma y asume la función de proporcionar al feto lo que necesita para desarrollarse durante los seis meses siguientes preparándolo para la vida fuera del útero.
¿Cuáles son las principales funciones de la placenta?
Las principales funciones de la placenta son:
1. Proporcionar nutrientes al feto
La placenta actúa como una barrera selectiv, permitiendo el paso de nutrientes esenciales de la sangre de la madre al feto, como agua, electrolitos y oxígeno. Estos nutrientes llegan al feto a través del cordón umbilical, que está conectado a la placenta.
2. Eliminación de residuos
Al mismo tiempo que la placenta aporta nutrientes al bebé, también elimina los desechos producidos por el feto, como urea, hormonas, dióxido de carbono, entre otros.
3. Producción de hormonas
La placenta segrega hormonas vitales para mantener el embarazo, como la gonadotropina coriónica humana (hCG) que estimula la producción de progesterona, una hormona esencial para el desarrollo saludable del embrión.
4. Proporcionar al feto protección inmunológica
La placenta ayuda a proteger al feto contra las infecciones proporcionándole inmunoglobulinas. También regula el sistema inmunitario de la madre, evitando que su propio cuerpo ataque al bebé como si fuera un cuerpo extraño.
5. Promueve un entorno saludable para el desarrollo del bebé
Por último, este órgano materno fetal también se encarga de regular el entorno uterino para optimizar el crecimiento del feto y favorecer las adaptaciones cardiovasculares del organismo de la embarazada.
Además, la placenta desempeña un papel importante en el desarrollo de las glándulas mamarias para la futura lactancia.

Los cambios más frecuentes en la placenta
Como ya se ha mencionado, la placenta es esencial para el desarrollo saludable del feto. Sin embargo, durante el embarazo, algunas alteraciones pueden traer riesgos y complicaciones para la madre y el bebé.
1. Placenta previa
La placenta previa, conocida popularmente como placenta baja, se produce cuando la placenta se desarrolla parcial o totalmente en la parte inferior del útero, bloqueando el cuello uterino e impidiendo potencialmente un parto normal.
Aunque esto es frecuente al principio del embarazo, no es motivo de preocupación. A medida que el útero crece en el transcurso del embarazo, puede volver a su lugar correcto. Sin embargo, si persiste en el tercer trimestre, puede ser necesaria una cesárea.
Más información sobre la placenta previa en nuestra guía completa. Infórmate sobre esta condición y asegura un embarazo saludable.
2. Desprendimiento prematuro de placenta
El desprendimiento de placenta se produce cuando la placenta se separa prematuramente de la pared uterina y puede provocar una serie de complicaciones, como hemorragias vaginales y calambres abdominales intensos.
La separación de la placenta se intensifica a partir de la semana 20 y puede provocar una reducción del aporte de nutrientes y oxígeno al feto, interfiriendo en su desarrollo. Si esta condición persiste, puede provocar un parto prematuro.
3. Placenta accreta
La placenta accreta se produce cuando la placenta se adhiere de forma anormal a la pared uterina y se resiste a salir durante el parto. Este problema puede aumentar el riesgo de hemorragias y, dependiendo de la situación, puede ser necesaria una transfusión de sangre.
4. Placenta calcificada o envejecida
A medida que se desarrolla el embarazo, la placenta envejece de forma natural. Aunque se trata de un proceso normal, en algunos casos su funcionamiento puede verse afectado, provocando una disminución del crecimiento fetal.
5. Infarto placentario o trombosis placentaria
El infarto de placenta se produce por la obstrucción de los vasos sanguíneos. La trombosis puede provocar una disminución de la cantidad de sangre que llega al feto. Aunque esta complicación puede provocar un aborto espontáneo, hay casos en los que puede pasar desapercibida, sin causar ningún problema al embarazo.
6. Placenta bipartita
La placenta bipartita se produce cuando ésta se divide en dos partes iguales, unidas por tejido placentario. La presencia anormal de glóbulos adicionales en la placenta requiere una mayor atención médica ya que existe un mayor riesgo de que los vasos entre las partes se rompan durante el parto normal.
7. Placenta succenturiata
La placenta succenturiata es la división de la placenta en dos o más partes, normalmente más pequeñas que la principal, conectadas sólo por vasos, sin tejido placentario. El principal riesgo es la posibilidad de no expulsar completamente todas las partes después del parto.
Conclusión
La placenta desempeña un papel crucial en el embarazo, y comprender sus funciones y posibles alteraciones es fundamental para garantizar un embarazo saludable.
Ante cualquier signo de irregularidad, es fundamental acudir al médico para un seguimiento adecuado. Cuidar de la salud de la placenta es cuidar de la salud del bebé.
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Es importante destacar que la información proporcionada no sustituye la consulta con un profesional de la salud. Te recomendamos que hagas una cita con tu médico para recibir un asesoramiento personalizado y adaptado a tu caso.